Me río yo de los científicos de "Sports Illustrated"
Servidor, en esto de las cosas del deporte, es mucho más chauvinista español de lo que pudieran serlo los franceses Napoleón, De Gaulle y Platini juntos. Soy un chauvinista salvaje e inconsciente, un chauvinista provocador, metijón e ilógico, porque el común denominador del perfecto chauvinista es encallar directamente contra las rocas de las más elementales leyes de la lógica.
Cuando el 20 de junio, tras encabezar desde el primer día de nuestra estancia en Lisboa la revuelta del IBC, vi cómo eliminaban dramáticamente a España de la Eurocopa, aguanté estoico el cachondeo de la mitad de los colegas de la prensa internacional y no se me ocurrió otra cosa que decir: "¡Ahora, a por el Mundial de Alemania!"... Y es que yo -feo, católico y sentimental- soy el perfecto chauvinista deportivo español.
Continuar.
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